Dentro del ámbito de la redacción SEO, es importante aprender diferentes pautas y recomendaciones que ayuden a optimizar un texto para posicionar en Google, de manera que vamos a analizar en primer lugar la importancia de aprender las técnicas adecuadas, y en segundo lugar, tendremos en cuenta algunos de los consejos de optimización básicos que os ayudarán a conseguir los mejores resultados.
Está claro que aprender los fundamentos de la redacción SEO o del SEO copywriting no es suficiente si lo que quieres es jugar en la liga de conseguir tráfico web desde Google.
Para aprender SEO hay que sentar unas bases y evolucionar a partir de ahí. Hace unos años no era tan fácil, pero ahora hay multitud de cursos de SEO donde se puede aprender desde cero. Por ejemplo, puedes empezar revisando cuáles son los mejores cursos SEO en esta comparativa de Nuria Cámaras. Partiendo de tu nivel y presupuesto, revisa los temarios y los profesores de cada curso y así podrás elegir el que mejor se ajuste a tu situación.
Elijas el que elijas, es importante que dediques el tiempo que sea necesario a avanzar y aprender a desarrollar un buen texto optimizado y que cuente con todo lo necesario para posicionar en Google, favoreciendo así los resultados y mejorando las expectativas del proyecto que tengas entre manos.
A la hora de optimizar un texto para posicionar en Google, es importante que le eches un vistazo a esta guía de Semrush, donde aprenderás un montón de trucos que te ayudarán a alcanzar tu objetivo.
Pero para que lo puedas estructurar bien y logres un texto profesional SEO, deberás tener en cuenta algunas de las premisas fundamentales que vamos a detallar a continuación.
Es muy importante prestar la debida atención al primer párrafo del texto, y es que es el que va a permitir llamar la atención del lector y lograr que continúe leyendo todo el contenido del artículo.
En este primer párrafo debemos comentar de forma resumida lo que el lector va a encontrar a lo largo de todo el texto, y es muy importante que en él figure la palabra clave principal que vamos a trabajar en este artículo.
La extensión del texto nunca será inferior a 300 palabras, y en la medida de lo posible, siempre tendrá más de 600 palabras. Lo ideal es optar por textos a partir de 1000 palabras, ya que tienen una mejor reputación en Internet. Pero eso sí, nunca escribas contenido de relleno, ya que eso puede aburrir al lector y hará que pierda el interés por tu página.
Cuando hablamos de densidad de la palabra clave nos referimos a las veces que se va a repetir en el texto. La densidad de la palabra clave deberá encontrarse entre el 1% y el 2%, pudiendo llegar incluso hasta el 2,5% pero sólo en casos muy particulares en los que sea necesario. De esta manera, un texto de 1000 palabras deberá repetir entre 10 y 20 veces la palabra clave.
Divide el contenido en párrafos y crea una estructura fácil de seguir y que permita distinguir todos los apartados. Utiliza viñetas y listados, y en la medida de lo posible, crea párrafos cortos que sean de fácil lectura.
También deberás dar formato al texto:
Utiliza imágenes libres de derechos de autor, bien optimizadas y no olvides añadir el atributo ALT.
Incluye siempre que sea posible enlaces internos y externos, no sólo para mejorar la información y accesibilidad al lector, sino también para ayudar a Google a entender y relacionar los contenidos dentro de tu página.
También es muy importante que añadas un párrafo de conclusión, es decir, un breve resumen sobre todo el artículo. Procura que no tenga más de 150 palabras y que incluya la key o palabra clave principal.
Teniendo en cuenta todas estas recomendaciones, a partir de ahora podrás optimizar un texto para posicionar en Google con los mejores resultados, ofreciendo a la vez una estructura agradable para el lector y que atraiga su atención.